Cadena: NBC (Estados Unidos de América)
Periodo de emisión: 2012
Temporadas: 1
Episodios: 13
Duración: 43 minutos.
Un accidente de tráfico es el detonante de la serie. A partir de ese momento el detective Michael Britten vive dos realidades, una donde su mujer falleció y otra donde su hijo está muerto. Cada vez que se duerme cambia de realidad. Una premisa inicial muy atractiva y un desarrollo que roza la excelencia convierten a Awake en uno de los mejores estrenos del 2012.
Michael alterna cada día una realidad diferente. Se despierta, vive la realidad de su cálida mujer y se duerme. Vuelve a despertarse, vive la realidad de su distante hijo, se duerme y al día siguiente vuelve a la realidad de su mujer. Y así en un bucle constante. Aunque parezca difícil de asimilar tanto cambio de escenario para el espectador la confusión es nula, cada una está representada con una fotografía diferente, rojo o azul por lo que siempre sabremos en qué realidad suceden los acontecimientos. Como no, al ser detective también estará lidiando con su trabajo de investigador, una exigencia que tuvieron que aceptar los productores de la serie al estar en la NBC, una televisión pública. Si el proyecto hubiese caído en manos de una televisión de cable las cosas podrían haber salido muy diferentes, eliminando los pequeños defectos de ser un procedimental y centrándonos plenamente en el desarrollo de la paranoia onírica. Nunca lo sabremos aunque la calidad presentada es indiscutible.
A partir de un brillante piloto la serie se enfoca en los casos procedimentales con pequeños esbozos del problema que sufre nuestro detective en su vida diaria. Los casos se resolverán de una forma muy original ya que siempre se fija en detalles insignificantes en una realidad pero que tienen importancia en la otra. Por fortuna los casos no están metidos con calzador y siempre tienen algo de relevancia en la trama, de forma pausada sembrando elementos para crear su propia mitología interna.
Además de esto la trama de los sueños se complementa con las visitas a los dos psicólogos donde cada uno nos ofrecerá un punto de vista diferente que nos hará reflexionar sobre lo visto, mostrándonos siempre respuestas lógicas y haciéndonos tachar o recuperar algunas teorías que iremos creándonos en nuestra propia cabeza. ¿Qué realidad es la verdadera y cual es un sueño? ¿O son las dos reales? O las dos un sueño...
Pasada la mitad de la temporada la serie consigue definir un estilo propio abandonando su estructura procedimental y vemos como la mayor parte de los minutos son para desarrollar el drama familiar hasta que en los últimos capítulos se centran plenamente en él. El tramo final de la temporada es una explosión de calidad donde Jason Isaacs se luce trasmitiendo una angustia y desconcierto que compartimos como espectadores, viviendo unos últimos minutos de infarto donde podemos esperar cualquier cosa.
A pesar de que la serie haya sido cancelada y solo tengamos una única temporada podemos disfrutar de un capítulo final sublime que resuelve todas las cuestiones importantes dando un final de serie digno. Acabaremos con una espina clavada al saber que nunca volveremos a disfrutar de los mundos de Britten y el interrogante de como se desarrollaría en siguientes temporadas (aunque podemos intuirlo con una entrevista de su creador).
Para mí una serie de obligado visionado.